¿No se entiende el flamenco en Eurovisión?
Trayectoria del género en el festival para responder a tu cuñado
Seguro que has escuchado a alguien decir “para qué vamos a mandar flamenco a Eurovisión, si no se entiende”. Las canciones de géneros tradicionales de cada país abundan todos los años, sin embargo, parece que el flamenco nunca ha terminado de cuajar en el festival. No son tantos los temas considerados dentro del ámbito musical del flamenco que han llegado a representarnos en Eurovisión, pero si son algunos de los más recordados en nuestro país, fuera cual fuera su resultado final.
El flamenco surge en el sur de España a principios del siglo XVIII, con un origen discutido en el que no nos vamos a meter. Se divide en los denominados “palos”, distintos estilos con variaciones en sus tempos y ritmos. Estos han evolucionado durante años, al igual que han aparecido y se han creado nuevos. Donde quiero llegar es, ¿hemos mandado realmente flamenco a Eurovisión?
En 1974, enviamos la primera canción perteneciente a este género al Festival de la Canción de Eurovisión. El artista catalán de etnia gitana, Peret, fue elegido como representante de ese año con su canción “Canta y sé feliz”. Este tema quedó en 9ª posición, y fue número 2 en ventas en España. El tema es una “rumba”, más concretamente de la vertiente catalana. Este palo en sí es un ritmo cubano de principios del siglo XIX, que se fusionó con el flamenco de la época hasta tal punto de adoptarlo como un estilo integrado del mismo. ¿Es entonces flamenco puro?
Aquí es donde entra el conocido como “flamenco fusión” o “nuevo flamenco”, surgido en los años 80. Este término se acuñó para denominar a las nuevas mezclas del flamenco con otros estilos (jazz, blues, rock…), que comenzaron a usar artistas como Camarón de la Isla y Enrique Morente entre otros. El flamenco fusión es considerado un sacrilegio al género por parte de los más puristas, y causó una gran controversia durante esa época.
El “nuevo flamenco” en Eurovisión
Avanzamos en la línea cronológica hasta 1983. La cantante Remedios Amaya es seleccionada junto a su tema “¿Quién maneja mi barca?”, como representante española en Múnich. A modo de contexto, Remedios Amaya era la “Rosalía” de la época. Sus discos de nuevo flamenco tuvieron mucho éxito, pero fueron duramente criticados por los ya mencionados puristas. Obtuvo un total de 0 puntos, y quedó en 19ª posición; perdió gran parte de su popularidad y llegó a estar retirada de los escenarios durante años.
Siete años después, Azúcar Moreno obtendría el mejor puesto para este género en el festival, una 5ª posición en Zagreb con 98 puntos gracias a “Bandido”. Esta canción considerada “tecno-rumba” propició su fama en España y Latinoamérica.
En 1996 se presentó Antonio Carbonell con su tema “¡Ay que deseo!”, compuesta por el grupo Ketama. Obtuvo la 20ª posición en Oslo, con tan solo 17 puntos. Esta canción representaba el emergente y creciente subgénero del “flamenco-pop”, que no ha sido nunca bien recibido por los eurofans.
Esta posición dolió, y pasaron 9 años hasta que en 2005 y de nuevo apostando por el mismo subgénero, se envió al grupo Son de Sol con su tema “Brujería”. El resultado fue el mismo, un puesto 21º con tan solo 28 puntos. Con este mazazo se dejó de mandar flamenco a Eurovisión, hasta que tras 18 años, llegó Blanca Paloma. La ilicitana ganó el Benidorm Fest en su segundo intento con una “tecno-nana”, en lo que puede ser el tema más próximo al flamenco puro desde 1974. ¿Funcionó? No, pero mejoró las posiciones del “flamenco-pop”. Obtuvo 100 puntos, quedando 9ª en las votaciones del jurado, pero obteniendo muy pocos puntos del televoto. Ese año España terminó en 17º puesto.
¿Y ahora qué?
Tras la victoria de Melody en el Benidorm Fest de este año, se ha desatado la locura en torno al tema que va a representar a España en Eurovisión. ¿Es flamenco?
Si algo ha quedado claro a lo largo de este texto es que el flamenco no tiene definición cerrada, ni es un género con unas características inamovibles. Con Melody volvemos a apostar por el “flamenco-pop”, ese género que no ha funcionado nunca en el festival. Aunque por lo que se ha podido ver de la nueva versión y arreglos, puede que acabe virando a un estilo mucho más “flamenco-rock”.
Todos los años se presentan una gran cantidad de temas folclóricos o étnicos a Eurovisión. Ucrania, Croacia, Serbia, Estonia; a los países del este de Europa les suelen funcionar muy bien este tipo de propuestas, pero no a España. ¿Quiere decir esto que debemos dejar de mandar flamenco a Eurovisión? No, ni mucho menos.
El flamenco forma parte de la cultura y el folclore de España, y su fusión con otros géneros ha permitido que siga creciendo y evolucionando. En nuestro país se escucha flamenco, y es normal que salga seleccionado en el Benidorm Fest porque, sorpresa para nadie, votan españoles. Creo que en los últimos años hemos dejado de enviar a Eurovisión los temas que “pueden ganar”, para enviar lo que realmente nos gusta. Y eso es algo positivo. Queridos lectores de 12 Points, asumid cuanto antes la realidad, España no va a ganar Eurovisión. Repetid conmigo: “España no va a ganar Eurovisión”. Al menos no en los próximos años, ni con flamenco, ni sin él.